Este texto de Beatriz Crujeiras y Mª Pilar Jiménez Aleixandre trata del aprendizaje de ciencias a través de los experimentos.
Comienza el documento diciendo que ha habido un cambio de concebir la ciencia fundamentalmente como experimentación a concebirla como generación de explicaciones, en otras palabras, como producción y revisión de modelos y expone 3 cuestiones: "¿Qué imagen sobre la ciencia sería adecuada?", "¿Cómo podemos estudiar las ideas del alumnado (sus creencias epistemológicas) sobre la naturaleza de la ciencia?" y "¿Qué enfoque de enseñanza es más adecuado para promover el aprendizaje sobre la naturaleza de la ciencia?".
Sobre "¿Qué imagen sobre la ciencia sería adecuada?" se dice que, aunque en muchos artículos se interpreta la misma como un acuerdo unánime, otros autores han dudado de la utilidad de las interpretaciones genéricas: La ciencia es provisional (no fija e inamovible), subjetiva, compleja y coherente (más que un conjunto de hechos).
También mantienen que es más fácil, aunque a veces las ideas no sean ni correctas ni productivas, buscar que estas sean, sobre todo, productivas. No importa tanto si algo es cierto como que nos lleve al siguiente nivel de aprendizaje o a entender mejor cómo funciona algo o cuál es la consecuencia de que algo suceda. Aunque dependerá siempre de la idea en concreto.
Respecto de "¿Cómo estudiar las ideas del alumnado sobre la naturaleza de la ciencia?" se descartan los cuestionarios como forma efectiva para examinar algo tan complejo como las ideas del alumnado, proponiendo estudiar las prácticas del mismo.
La pregunta de "¿Enseñar la naturaleza de la ciencia o promover la participación en las prácticas científicas?" es el tema central del texto, en él se plantea que el desarrollo de las competencias científicas implica también la participación en las prácticas científicas. ya que si aprendes a llevar a cabo la actividad científica, serás competente en la misma.
Para esto se proponen experimentos prácticos (en este caso un experimento sobre la pasta de dientes que funciona mejor contra las caries) y explica que este tipo de actividades de laboratorio son muy distintas a las más habituales, ya que se plantea un problema y el alumnado tiene que indagar, investigar y resolverlo, sin instrucciones dadas o pasos que hay que seguir, de esta manera el aprendizaje es más significativo y cercano al alumnado.
El texto finaliza con una discusión: "¿Qué se aprende sobre la ciencia en una tarea abierta de indagación?", incide en la importancia de la articulación de conocimientos teóricos y empíricos, así como que para saber planificar los experimentos es esencial saber qué variables intervendrán en el mismo y cómo medirlas.
Este documento es otro ejemplo más de la validez del Aprendizaje Basado en Problemas, así como de que el aprendizaje significativo viene dado por la manipulación y la experimentación más que de un libro de texto.
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